Con asimilación de datos, predicen cómo continuará la pandemia de COVID -19 en Argentina

Con asimilación de datos, predicen cómo continuará la pandemia de COVID -19 en Argentina

La asimilación de datos, una metodología que combina datos con modelos matemáticos, está siendo utilizada en varios países para intentar predecir cómo continuará la pandemia de COVID–19. Un investigador del CONICET participó de un estudio que incluyó un análisis de la situación de Argentina, desarrollando técnicas que permiten evaluar qué impacto podrían tener las distintas medidas de endurecimiento o flexibilización del aislamiento en los próximos meses.

Del análisis, que fue enviado para su evaluación a la revista Foundations of Data Science, también participaron científicos del Reino Unido, Francia, Canadá, Estados Unidos, Holanda, Brasil y Noruega. La técnica desarrollada podría ser tenida en cuenta por los gobiernos para la definición de diversas medidas, como el regreso a clases, el funcionamiento del transporte público o el turismo, entre otros.

Manuel Pulido es investigador independiente del CONICET en el Instituto de Modelado e Innovación Tecnológica (IMIT, CONICET – UNNE) y fue uno de los colaboradores de este proyecto. “Lo que hicimos fue combinar todos los datos que tenemos disponibles acerca de la enfermedad y su propagación durante los últimos meses con modelos matemáticos, utilizando un ensamble para cuantificar las distintas fuentes de incerteza y así poder inferir en tiempo real la situación de la pandemia y predecir probabilísticamente su evolución”, explica el doctor en Física.

El objetivo de este trabajo colaborativo internacional, cuyo manuscrito aún está pendiente de revisión, es entender cómo se está desarrollando la enfermedad y evaluar comparativamente qué impacto tuvieron las medidas que se fueron disponiendo en los distintos países. Procesar y analizar diversos datos oficiales —que van desde el rango de edades de los pacientes que contraen COVID-19, su ubicación geográfica o los días que permanecen internados, entre otros—, puede servir para hacer predicciones de las consecuencias que podrían tener medidas de flexibilización o endurecimiento de la cuarentena.

“Nuestro desarrollo puede convertirse en una herramienta que sea de utilidad para la toma de decisiones. Estas técnicas podrían ser utilizadas para ir haciendo proyecciones probabilísticas de los posibles escenarios que se darían en Argentina o en una región específica y determinar, por ejemplo, cuál sería el momento más adecuado para volver a abrir las escuelas”, señala Pulido.

Mientras este análisis preliminar es evaluado por sus pares, los investigadores que desarrollaron estos modelos están controlando el funcionamiento mediante distintas técnicas de validación, corroborando retrospectivamente los pronósticos realizados con los nuevos datos que van surgiendo. Las actualizaciones, explican, se realizan diariamente con datos oficiales y se van corroborando con las predicciones del modelo.

La técnica de asimilacion empleada para COVID–19 es la misma que se utiliza para los pronósticos meteorológicos, combinando observaciones y modelos para determinar el estado de la atmosfera. “Esta colaboración nos ayuda a comprender mejor la situación en distintos países y complementar los datos que existen, que son parciales y contienen incertezas. Lo que esta técnica nos permite justamente es cuantificar esas incertezas: trabajamos con distintas fuentes de información porque ninguna tiene la información precisa y esto es clave, particularmente en el tema de COVID – 19, que es causada por un virus del que todavía se desconocen muchos aspectos referidos al contagio o a la inmunidad”, señala el investigador.

Además de la utilidad de este desarrollo para la actual emergencia, esta técnica puede ser utilizada para otras epidemias, como dengue. Según explica Pulido, cuyo tema de estudio está orientado a modelos climáticos, este trabajo fue posible mediante la colaboración interdisciplinaria de distintos grupos. “Muchos de nosotros trabajamos en diferentes áreas disciplinares, pero la versatilidad de las técnicas de asimilación de datos hace que puedan ser aplicadas en múltiples campos”, comenta.

Monitoreo en Corrientes

En la reciente convocatoria del Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19 del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, uno de los proyectos seleccionados para ser ejecutado en el NEA es el desarrollo de un Sistema de Monitoreo y predicción en la provincia de Corrientes usando asimilación de datos. La propuesta será llevada adelante por Manuel Pulido junto a su equipo de trabajo del IMIT y un grupo de colaboradores nacionales e internacionales.


DOI: https://doi.org/10.1101/2020.06.11.20128777

Nota publicada en https://nordeste.conicet.gov.ar/con-asimilacion-de-datos-predicen-como-continuara-la-pandemia-de-covid-19-en-argentina/

Cómo afecta la pandemia de COVID-19 a la educación en comunidades indígenas

Cómo afecta la pandemia de COVID-19 a la educación en comunidades indígenas

Un informe elaborado por investigadoras del CONICET advierte que la pandemia de COVID -19 está profundizando la desigualdad económica y socioeducativa de los pueblos indígenas de Argentina. Después de analizar comunidades qom y mbyà de Chaco y Misiones, concluyeron que esta crisis de salud reactualiza el rol fundamental de los agentes especializados en Educación Intercultural Bilingüe (EIB) para garantizar este derecho a la mayor cantidad posible de población.

Más de 20 referentes de comunidad es de las dos provincias fueron consultados para el relevamiento, que fue realizado en el marco de la Red de Investigaciones en Derechos Humanos del CONICET—una de las Redes Orientadas a la Solución de Problemas (RIOSP) del Consejo—, a la que recientemente se incorporaron los temas indígenas. Los resultados del informe, indican las expertas, podrán ser tenidos en cuenta para revisar y mejorar las propuestas educativas destinadas a estos niños y niñas.

Reconocida como una de las ocho modalidades en las que se estructura el sistema educativo argentino, la EIB está destinada a los pueblos indígenas y tiene como meta la enseñanza bilingüe, con diversos fines, y la revalorización de saberes propios asociados a sus cosmovisiones. Chaco y Misiones -con poblaciones de más de 31 mil miembros de la etnia qom y 13 mil mbyà, respectivamente- son dos de las provincias que la implementan.

Resistencia, la capital chaqueña, es una de las ciudades con mayor incidencia de COVID – 19 en Argentina y allí se han registrado focos en barrios de la comunidad qom. “Las escuelas y los docentes indígenas cumplen un rol importantísimo en este momento. En el caso de los barrios Toba o Mapic, que es la zona en la que trabajo hace más de 10 años, no solo se encargan de la distribución de alimentos durante esta emergencia, sino que ofician como representantes de la comunidad antes otros organismos del estado. Es un rol más complejo y que trasciende al del educador que tradicionalmente conocemos”, indica la Mónica Medina, becaria postdoctoral del CONICET en el Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI, CONICET – UNNE) y una de las autoras del estudio.

El informe revela que los cambios en los modos de vida ocurridos por la pandemia están incidiendo en el abandono de los estudios por parte de alumnos de la modalidad EIB en la provincia del Chaco. Una de las principales causas es la falta de herramientas tecnológicas para mantener la educación a distancia.

Con un menor registro de casos, en Misiones aún no se han reportado problemas de deserción escolar. Sin embargo, las problemáticas en ambas provincias son similares y están vinculadas a las necesidades alimentarias de las familias, la escasez de materiales didácticos,los recursos tecnológicos insuficientes y la falta de infraestructura.

Para la investigadora adjunta del CONICET en el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martín (UNSAM), Noelia Enriz, esta crisis obliga a reformular todos los procesos educativos. “En las instituciones con EIB, notamos que el vínculo entre escuelas y familias cambió muy drásticamente. En general, no se depositaba en la familia la construcción del conocimiento escolar de los niños y las niñas. De eso se encargaban únicamente las instituciones, mientras que se esperaba que la familia aporte otros conocimientos. Pero en este escenario, se pide a la familia que fortalezca la continuidad en la formación pedagógica. Esta instancia nos está haciendo repensar muchas cosas y una de ellas debe ser la transversalidad”, señala.

La principal conclusión que se destaca en el informe tiene que ver con la profundización de la desigualdad social de las comunidades indígenas en Argentina a causa de la pandemia. “Estas desigualdades no son nuevas. Ya existían, pero se están profundizando porque aquellos lugares en los que la educación sucedía por la persistencia de la presencia de los docentes, ahora no están. Hay muchos procesos que quedarán en suspenso hasta que se pueda retornar a las escuelas”, advierte otra de las autoras.

“Si una situación de crisis sirve para revisar cosas, revisémoslas para hacer más justo el sistema educativo, particularmente en estas poblaciones que ya sufren vulneraciones de derechos en tantos otros planos de la vida. Es necesario hacer un esfuerzo para mejorar las propuestas educativas para estos niños y niñas”, propone Enriz.

Se puede acceder al informe completo en este enlace.

Nota publicada en https://www.conicet.gov.ar/como-afecta-la-pandemia-de-covid-19-a-la-educacion-en-comunidades-indigenas/

Cómo trabajan desde Estados Unidos las científicas que desarrollan los test rápidos de COVID-19

Cómo trabajan desde Estados Unidos las científicas que desarrollan los test rápidos de COVID-19

Para avanzar en el desarrollo de un test rápido que detecte el virus que causa la COVID-19, investigadores del CONICET están trabajando desde laboratorios de la ciudad de San Francisco, en Estados Unidos. Lo hacen en el marco de un proyecto de la startup CASPR Biotech, una empresa de base biotecnológica creada bajo normativa del Consejo, que busca utilizar la tecnología CRISPR para crear un kit diagnóstico portátil que permita identificar el material genético del SARS-CoV-2.

Esta semana se incorporaron al equipo tres científicas que se desempeñan en institutos de Misiones y Santa Fe, que se suman otros investigadores y becarios que están instalados allí desde el marzo. El objetivo es ajustar las técnicas necesarias para que el test esté listo en dos meses, para luego ser evaluado y autorizado por los organismos de control de Argentina y Estados Unidos.

Adriana Rinflerch es investigadora asistente del CONICET en el Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UnaM) y viajó el último fin de semana a San Francisco. “Voy a estar trabajando en el laboratorio durante un mes. Mi tarea específicamente tiene que ver con la amplificación de la muestra. Estamos buscando optimizar una técnica de diagnóstico molecular para que todo el proceso se dé en condiciones similares”, explica la genetista, quien se sumó al grupo junto a Antonela Palacios y María Eugenia Llases, becarias postdoctorales del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR, CONICET – UNR).

La técnica que utiliza Rinflerch es la de amplificación isotérmica medida por bucle (llamada LAMP, por sus siglas en inglés), que es similar a la de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), pero que se realiza a una misma temperatura, por lo que no requiere un termociclador. Otros grupos están abocados a distintas tareas, como el procesamiento de las muestras, la identificación de las proteínas o la detección del producto final.

La mayor facilidad para el acceso a insumos es el principal motivo por el que parte del diseño del kit desarrollado por científicos argentinos se realiza en Estados Unidos. Además, los responsables del proyecto explican que, al ser elaborado en laboratorios de ese país, se facilitará el acceso al circuito de evaluaciones de la U.S. Food and Drug Administration (FDA) y, posteriormente, de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) de Argentina.

Para llegar a San Francisco y unirse al equipo que busca obtener este recurso clave para la contención de la pandemia, las científicas fueron trasladadas en uno de los vuelos especiales dispuestos por el Gobierno Nacional para repatriar a argentinos varados en el exterior por el cierre de las fronteras. “Gestionamos autorizaciones de los Ministerios de Ciencia y Tecnología, de Transporte y de Salud Pública. Eso nos permitió trasladarnos por vía terrestre hasta Ezeiza y desde allí viajar hasta Miami en un avión que vino vacío, sólo con la tripulación. Ahí tuvimos una conexión hasta nuestro destino final, en un vuelo que también tenía muy pocas personas”, detalla Rinflerch y destaca que en el laboratorio están manteniendo estrictas medidas de distanciamiento y cuidado personal para garantizar la seguridad de todo el grupo de trabajo.

Otra de las integrantes del equipo es Daiana Ibáñez, becaria doctoral del IBS, quien viajó a Estados Unidos en marzo, también con una autorización especial. Desde allí, trabaja de manera coordinada con su director Federico Pereyra-Bonnet, investigador del CONICET en la Unidad Ejecutora de Investigaciones en Producción Animal (INPA, CONICET-UBA) e integrante de CASPR Biotech, quien se encuentra en Buenos Aires.

Tanto Rinflerch como Ibáñez pertenecen al Grupo de Investigación en Genética Aplicada (GIGA) del Nodo Posadas del IBS y establecieron vínculos con los científicos que participan de CASPR Biotech en 2019, cuando realizaron ensayos para kits de diagnóstico rápido de dengue en la ciudad de Posadas. “Aunque ahora todos los esfuerzos están orientados a optimizar este sistema para COVID-19, las técnicas que estamos mejorando y el conocimiento que estamos generando, nos van a servir para otros virus, incluso para enfermedades genéticas y hasta para ciertos tipos de cáncer”, adelanta la investigadora, quien trabaja en la creación de una plataforma de ensayos in vitro para implementación de medicina de precisión en cáncer de piel.

“Hay proyectos de otros países que están utilizando CRISPR para diagnóstico, pero este será el primero de producción argentina. Si obtenemos los resultados que esperamos, se va a poder ofrecer un sistema más accesible, rápido y de menor costo, en un formato similar al de los test de embarazo que se comercializan masivamente”, concluye.

Publicado en https://www.conicet.gov.ar/como-trabajan-desde-estados-unidos-cientificos-del-conicet-que-desarrollan-un-test-rapido-de-covid-19/

Hallan el primer fósil de pichiciego, el armadillo más pequeño del mundo

Hallan el primer fósil de pichiciego, el armadillo más pequeño del mundo

Es uno de los animales más misteriosos que habitan en Sudamérica y, por sus esquivos hábitos, muchas de sus características son aún desconocidas. Los restos identificados tienen 9 millones de años y permitirán entender cómo fue su evolución.

Un grupo de investigadores del CONICET identificó por primera vez restos fósiles de un pichiciego, un armadillo que es considerado el más pequeño del mundo y que habita únicamente en Argentina y otros países del sur de Sudamérica. Es considerado uno de los animales más extraños de la región ya que, por sus esquivos hábitos, muchas de sus características biológicas son aún desconocidas.

La descripción de este inusual mamífero representa el primer registro fósil del género y de la especie y fue publicada recientemente en el Journal of Vertebrate Paleontology, con el nombre de Chlamyphractus dimartinoi. Los restos tienen entre 9 y 10 millones de años de antigüedad y fueron hallados en la provincia de Buenos Aires hace más de 30 años, pero recién en 2019 los paleontólogos lograron determinar a qué animal pertenecían.

Este descubrimiento permitirá conocer cómo fue la evolución de este minúsculo armadillo, cuyos ejemplares actuales miden apenas unos 10 centímetros, pesan menos de 100 gramos y tienen un fascinante caparazón de color rosa que cubre sus pelos blancos. “Haber encontrado este fósil equivale a hallar una aguja en un pajar”, señala el becario doctoral del CONICET en el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE), Daniel Barasoain, primer autor del trabajo y responsable del descubrimiento.

Mientras estudiaba materiales vinculados a su tema de tesis —referida a distintos aspectos de los cingulados del Mioceno tardío en Argentina —, el paleontólogo se encontró con fósiles que habían sido hallados en la década del 70 en cercanías de la laguna Chasicó, en la provincia de Buenos Aires, pero que hasta ese entonces no habían podido ser identificados. Formaban parte de la colección del Museo de Ciencias Naturales de Monte Hermoso, creado por Vicente Di Martino, un coleccionista y aficionado que había colectado estos restos.

Ante la sospecha de que se trataba de un pichiciego, Barasoain se contactó con distintos expertos, como la investigadora independiente del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (IMBECU, CONICET – UNCUYO), Mariella Superina, considerada la principal especialista en este género en Argentina. Fue ella quien ayudó a confirmar que estaban frente al primer registro fósil de este esquivo animal, que pertenece a una subfamilia de cingulados denominada clamiforinos, y del que todavía se desconocen múltiples aspectos vinculados a su hábitat y a su reproducción.

Es que los pichiciegos tienen hábitos similares a los de los topos: son nocturnos y se desplazan por debajo de la tierra. Estas características, sumadas a su pequeño tamaño, hacen que sean muy difíciles de identificar y de avistar en el campo.

Actualmente, se conocen dos especies de pichiciegos: Chlamyphorus truncatus, que sólo habita en Argentina y se encuentra en la región de Cuyo, y Calyptophractus retusus, que tiene un tamaño ligeramente mayor y se encuentra las provincias del NOA, en Bolivia y en Paraguay. Por sus características, el fósil hallado es considerado una especie distinta y fue nombrado Chlamyphractus dimartinoi, en homenaje al coleccionista que lo halló.

“Este descubrimiento nos permite empezar a conocer a estos animales tan raros con mayor profundidad. A partir de ahora, vamos a poder ver cómo ha sido su historia evolutiva, que es muy curiosa ya que está totalmente presionada por sus hábitos subterráneos. Eso ha condicionado una serie de morfologías y estructuras muy derivadas que son únicas en el mundo”, indica Barasoain.

Los Pichiciegos, una historia sobre la guerra de Malvinas

En el año 1983, el escritor argentino Rodolfo Fowgill publicó un libro titulado “Los pichiciegos” en el que relata la historia de un grupo de soldados que sobrevivía en trincheras subterráneas durante la guerra de Malvinas. En la obra, uno de los personajes creados por el autor describe así a este curioso animal:

“¡Qué hambre! ¡Qué hambre! –dijo uno. -¡Con qué ganas me comería un pichiciego! –dijo el santiagueño. Y a todos les produjo risa porque nadie sabía que era un pichiciego. -¿Qué…? ¿Nunca comieron un pichiciego? –averiguaba el santiagueño. Allí –preguntaba a todos-, ¿no comen pichiciegos? Había porteños, formoseños, bahienses, sanjuaninos: nadie había oído hablar del pichiciego. El santiagueño les contó: -El pichi es un bicho que vive debajo de la tierra. Hace cuevas. Tiene cáscara dura –una caparazón- y no ve. Anda de noche. Vos lo agarras, lo das vuelta, y nunca sabe enderezarse, se queda pataleando panza arriba. ¡Es rico, más rico que la vizcacha!”.

Aunque es desconocido en muchas partes del país, el pichiciego tiene una ley provincial que lo declaró Monumento Natural en Mendoza, junto con otras especies endémicas. “Es un animal tan peculiar y carismático que debería ser reivindicado y conservado a nivel nacional, porque supone todo un símbolo para el país”, considera el becario del CONICET que descubrió el primer fósil, Daniel Barasoain, quien es oriundo de España y hace dos años se instaló en Argentina para realizar su doctorado, motivado por la riqueza paleontológica de estas tierras.

Esta nota fue publicada originalmente en CONICET

Identifican grupos genéticos de monos rescatados del tráfico ilegal

Identifican grupos genéticos de monos rescatados del tráfico ilegal

Investigadores del CONICET conformaron una base de datos que permitió determinar de qué población provienen los carayás albergados en centros de rescate. Los resultados permitirán reintroducir a los animales a su correcto lugar de origen.

Un estudio de investigadores del CONICET permitió identificar los grupos genéticos de las poblaciones de monos de la especie Alouatta caraya y determinar de cuál de ellos provienen los ejemplares que fueron rescatados del tráfico ilegal. Los resultados servirán para inferir puntos críticos de captura y guiar los futuros esfuerzos de reintroducción en el correcto lugar de origen.  

La investigación, que fue publicada días atrás en la revista Scientific Reports, estableció que existen tres grupos genéticamente diferenciables en Argentina y que la mayoría de los individuos confiscados pertenecen a la zona conformada por las provincias de Formosa, Chaco y Corrientes. Del trabajo participaron científicos del Instituto de Biología Subtropical de Misiones (IBS, CONICET – UNaM); del Servicio de Huellas Digitales Genéticas y del Departamento de Microbiología, Inmunología y Biotecnología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA). 

En las últimas décadas, las poblaciones de Alouatta caraya que existen en el país se encuentran amenazadas por la pérdida del hábitat y por la captura para el comercio ilegal, por lo que son estudiadas de cerca por biólogos y especialistas en conservación. “A partir de muestreos realizados desde el año 2005 en diversas localidades de Argentina, logramos realizar una base de datos de referencia, analizando las características genéticas de quince poblaciones de estos primates en la región del Nordeste. Comparamos esta información con datos de veintidos individuos provenientes de decomisos del comercio ilegal y logramos conocer el lugar de origen de ventiuno de los animales decomisados”, explica una de las autoras del trabajo, la investigadora adjunta del CONICET en el IBS, Luciana Oklander. 

El estudio abarcó a los monos rescatados del comercio ilegal y alojados en el centro Güirá-Oga de Puerto Iguazú, en Misiones y en la Estación Zoológica La Esmeralda, de Santa Fe; así como tres individuos encontrados muertos en otras ciudades. Los resultados permitieron identificar tres grupos genéticamente diferenciables: uno de ellos agrupa a las poblaciones de la provincia de Misiones y del Río Uruguay; otro incluye a la región de Corrientes, Formosa y Chaco; mientras que el tercero abarca la zona del Río Paraná, donde el ambiente se encuentra mejor conservado. 

Durante el análisis, los investigadores lograron determinar que la mayoría de los individuos confiscados pertenecen al segundo grupo genético. Esto indica que el tráfico de monos aulladores se originaría principalmente en el área de las provincias de Formosa, Chaco y Corrientes

Para el desarrollo de este estudio de determinación de origen geográfico, los investigadores utilizaron un método de marcadores de repeticiones en tándem simples (STR, también conocidos como “microsatélites”). Existen antecedentes del uso de esta técnica para múltiples enfoques con diversas especies, como linces, tortugas, elefantes, osos, salmones y guacamayos, entre otros. 

“Este nuevo enfoque desde la investigación de datos genéticos permite direccionar las futuras reintroducciones de la especie, para que sean realizados en los lugares de origen y se minimicen los posibles efectos negativos asociados a la introducción de genes o patógenos foráneos a una población”, destaca Oklander. 

La especie Alouatta caraya está clasificada globalmente como “Casi Amenazada” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), pero se considera “Vulnerable” en la lista roja de Argentina debido a la reducción de la población, la disminución del área de ocupación o la calidad del hábitat, el aumento de la explotación debido a la caza o el tráfico ilegal y los efectos de los patógenos y parásitos.

Publicada en CONICET
Crean un sistema para predecir brotes de dengue y zika

Crean un sistema para predecir brotes de dengue y zika

El proyecto busca detectar virus en los mosquitos antes que se transmitan masivamente a las personas. Investigadores del CONICET dirigen un monitoreo en Posadas, que se realiza en simultáneo en ciudades de Colombia y Ecuador.

Un grupo de investigadores del CONICET participa de un proyecto internacional que busca crear un sistema de predicción de brotes de enfermedades vectoriales transmitidas por el mosquito Aedes aegypti, como dengue y zika. Durante 2019, se realizaron en simultáneo diversos experimentos en ciudades de Argentina, Ecuador y Colombia con el objetivo de construir un modelo que permita “adelantarse” a la aparición de casos en humanos.

Posadas, capital de la provincia de Misiones, es la ciudad argentina en la que se realizaron los relevamientos y análisis, que estuvieron a cargo de científicos del Grupo de Investigación en Genética Aplicada (GIGA) del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM), en conjunto con equipos del Departamento de Vectores de la Municipalidad. Todos los datos que se obtuvieron serán evaluados para tratar de identificar cómo es la transmisión de los virus y emitir alertas tempranas, lo que posibilitará el diseño y la implementación de acciones preventivas, evitando la expansión de los brotes y reduciendo los costos de tratamientos para el sistema de salud y las complicaciones por reinfección en pacientes de riesgo.

El proceso de estudio incluye la captura de mosquitos adultos y su análisis genético. La información generada por los grupos de los países de Latinoamérica será procesada por grupos de científicos de Canadá para crear los modelos que permitirán conocer cuál es la probabilidad de que se registren brotes en distintos puntos y evaluar las posibles acciones preventivas a implementarse, tanto de manera general como particular en cada ciudad.

Después un gran brote de dengue que se registró en Misiones en 2016 –en el que se diagnosticaron más de diez mil casos–, los investigadores del GIGA empezaron a preguntarse cómo podían contribuir, desde su rol como científicos, para prevenir o mitigar los efectos de este tipo de enfermedades. Así surgió la posibilidad de sumarse a un consorcio de investigadores canadienses y latinoamericanos que buscaba obtener datos de distintos países para generar modelos matemáticos.

“Lo que estamos haciendo son estudios epidemiológicos y ecológicos de la distribución del mosquito a través del análisis de larvas y mosquitos adultos. Además, realizamos un diagnóstico de la presencia de virus en mosquitos. Estos datos, combinados con otra información socioambiental que se va recopilando durante el trabajo de campo, servirán para el desarrollo de los modelos”, explica el investigador independiente del CONICET en el IBS y responsable del proyecto, Marcos Miretti.

El proceso de recolección de datos se realizó entre enero y diciembre de 2019 y siguió un protocolo idéntico en las ciudades seleccionadas en los tres países (Posadas, en Argentina; Manta, en Ecuador y Bagé, en Colombia); que consistió en la obtención simultánea de muestras de mosquitos y larvas que habitan en casas ubicadas en barrios de distintos estratos socioeconómicos. Aunque en algunos lugares ya se utilizaba el conteo de larvas como índice predictivo de brotes, este proyecto está aportando como novedad el estudio de adultos –que son los que transmiten los virus–, que se capturan a través de trampas y aspiradores especiales.

Todo el material recolectado es estudiado, en primera instancia, por los técnicos del Instituto de Vectores de la Municipalidad de Posadas, donde son clasificados en especies. Entre los Aedes aegypti, se separan las hembras de los machos y se identifican cuáles son las que están alimentadas.

Posteriormente, las muestras son procesadas en el laboratorio del GIGA, donde se extrae el material genético del mosquito, a fin de identificar si hay presencia de virus. “También estamos trabajando en el diseño de un nuevo protocolo para bajar el costo de estos estudios, ya que se utilizan kits que cuestan más de cuarenta40 dólares por muestra y que, con las adaptaciones que estamos implementando basados en experiencias de otros laboratorios, podrían ser hasta diez10 veces más baratos y ser utilizados a escala epidemiológica”, indica Miretti.

Esta parte del trabajo se realizó en conjunto con el grupo del investigador adjunto del CONICET en la Unidad Ejecutora de Producción Animal (INPA), Federico Pereyra Bonnet y la empresa CASPR Biotech, quienes están desarrollando métodos basados en la técnica CRISPR para el diagnóstico de enfermedades infecciosas.

En el caso de los ensayos realizados en Misiones, además de identificar si hay presencia del virus, los estudios del material genético permiten saber si el ejemplar de Aedes aegypti pica sólo a humanos, a animales o a ambos. Los datos recolectados también permitirán conocer más acerca de los mosquitos, lo que podrá ser utilizado para otras líneas de estudios que, por ejemplo, abordan la posible resistencia de estos insectos a los pesticidas.

Una vez evaluados los datos de cada país, se iniciará la etapa de modelado y se evaluarán las diferentes intervenciones que se puede hacer, ya sea de manera particular en cada ciudad o como acciones universales para ser aplicadas en cualquier lugar que enfrente un potencial brote. “Más allá del modelo predictivo que se consiga desarrollar, todo el proceso de estudio generó un gran impacto positivo en nuestro equipo y en la ciudad. El trabajo con los técnicos de la Municipalidad de Posadas fue muy enriquecedor para los miembros del laboratorio y se están generando nuevas preguntas que seguramente van a dar lugar a nuevas líneas de investigación”, resalta Miretti.

Publicada en CONICET

El carayá rojo está entre los 25 primates más amenazados del mundo

El carayá rojo está entre los 25 primates más amenazados del mundo

El carayá rojo o mono aullador rojo (Alouatta guariba), una especie endémica del Bosque Atlántico que se extiende entre Argentina y Brasil, fue incluido entre los 25 primates más amenazados del mundo, en una lista que publican cada dos años la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) y la Sociedad Internacional de Primatología (IPS). Los recurrentes brotes de fiebre amarilla junto con la pérdida de hábitat, son las causas que llevaron a un alarmante declive de las poblaciones y se estima que en el país quedan apenas 50 individuos.

Es la primera vez que un primate que habita en Argentina aparece en el listado, titulado Primates en Peligro, que se confecciona con el objetivo de generar un llamado de atención a los organismos gubernamentales para que tomen medidas ante la inminente extinción de las especies incluidas.  Esta categorización será especialmente tenida en cuenta para la implementación del Plan Nacional de Conservación de Primates, en el que están trabajando investigadores del CONICET junto con otros actores gubernamentales y sociales.

Una de las especialistas que participó de las deliberaciones para definir la lista de los 25 primates más amenazados del mundo, que se realizaron durante el Congreso Internacional de Primatología de 2018 en Nairobi, fue la investigadora adjunta del CONICET en el Instituto de Biología de Misiones (IBS, CONICET – UNaM), Luciana Oklander. Junto con otros primatólogos de la región, fueron los encargados de fundamentar por qué la situación del carayá rojo es crítica y puede desaparecer si no se toman acciones concretas.

“Además de la pérdida de su hábitat, que es un factor que afecta a muchos animales a nivel global, el mono aullador rojo se enfrenta a otra amenaza muy concreta, que es la de la fiebre amarilla. El último brote, que comenzó a fines del 2016 afectando a gran parte del sudeste de Brasil y que afortunadamente no llegó a Argentina, causó la muerte de miles de monos y devastó poblaciones tanto de Alouatta guariba como de Alouatta caraya”, indica la bióloga.

El mono aullador rojo habita al este de la provincia de Misiones y, de acuerdo a las estimaciones realizadas por los investigadores, en Argentina quedan apenas 50 ejemplares de Alouatta guariba clamitans, una de las dos subespecies reconocidas. La mayoría de ellos se encuentran en áreas protegidas, como los Parques Provinciales de Moconá y Piñalito, aunque también existen individuos por fuera de esas zonas que podrían ser protegidos mediante la habilitación de nuevos corredores.

Sin embargo, la población argentina de Alouatta guariba está muy reducida y eso obliga a los especialistas a pensar en otras estrategias. “Una alternativa que estamos evaluando es la posible introducción de monos de esta especie provenientes desde Brasil para reforzar a las poblaciones que nos quedan”, explica Oklander.

La provincia de Misiones cuenta con grandes extensiones de ambiente prístino que podrían servir de hogar para los aulladores rojos que son rescatados en el país vecino. “Hay ejemplares que son atropellados, electrocutados o atacados por perros y van a parar a centros de rehabilitación, pero después no tienen dónde ser liberados. Una buena opción sería traerlos a Argentina, porque si no protegemos las poblaciones que quedan y estimulamos de alguna manera la reproducción, es muy baja la posibilidad de que el carayá rojo sobreviva a otro brote de fiebre amarilla”, explica Oklander.

Esta podría ser una de las medidas implementadas en el marco del Plan Nacional de Conservación de Primates, que se está desarrollando en Argentina, siguiendo los lineamientos de la IUCN y con la participación de investigadores del CONICET y organismos de los estados nacionales y provinciales. “La información que incluimos en el plan ya contemplaba a Alouatta guariba como la especie más amenazada de Argentina, pero que ahora exista un acuerdo internacional para llamar la atención acerca de su estado de conservación nos da más herramientas para gestionar acciones de protección”, destaca el investigador independiente del CONICET en la Estación Biológica Corrientes, Martín Kowalewski, quien es uno de los responsables del proyecto.

Cabe señalar que, además del aullador rojo, en Argentina habitan otras cuatro especies de primates no humanos que se encuentran en estado vulnerable: el carayá (Alouatta caraya), el mirikiná (Aotus azarae), el caí negro (Sapajus nigritus) y el caí de las yungas (Sapajus cay).

Publicada en CONICET https://www.conicet.gov.ar/un-primate-que-habita-en-argentina-esta-entre-los-25-mas-amenazados-del-mundo/

Una nueva especie de rana fue nombrada en homenaje a Fontanarrosa

Una nueva especie de rana fue nombrada en homenaje a Fontanarrosa

Una nueva rana del género Scinax fue descripta por investigadores del CONICET en un artículo publicado esta semana en la revista PLOS One. Se trata de una especie que habita en el nordeste de Argentina y algunas localidades del sur de Brasil y que presenta notables diferencias en su morfología, patrón de coloración y canto nupcial.

El equipo de biólogos decidió llamarla Scinax fontanarrosai, en homenaje al humorista y escritor Roberto Fontanarrosa. El hallazgo ocurrió en el marco de un trabajo de revisión desarrollado en conjunto con grupos de científicos de Brasil y Uruguay, que incluyó el análisis de la morfología externa de adultos y larvas, la osteología, la citogenética, la historia natural y la distribución geográfica de las especies del grupo.

Cuando iniciaron la revisión taxonómica del género, los investigadores advirtieron diferencias sustanciales que hacían sospechar que en la zona de estudio podrían existir especies no descritas. “Nos centramos en el grupo uruguayus, que pertenece al clado ruber y que hasta entonces sólo tenía dos especies conocidas. Una de ellas, S. pinima, era considerada endémica del estado de Minas Gerais, en Brasil y no existían datos acerca de ella desde su descripción original en la década del 70, pero a través de la colaboración con grupos de Brasil, pudimos acceder a nuevos registros del año 2016 que nos permitieron estudiar sus cantos, patrones de coloración y morfología”, explica el investigador adjunto del CONICET en el Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM), Diego Baldo.

El canto de las ranas cumple un rol clave en la comunicación y particularmente en la reproducción, ya que los machos lo utilizan para atraer a las hembras a los sitios de cría. Éste fue uno de los caracteres que permitió llegar a la conclusión de que se encontraban frente a una especie que era desconocida para la ciencia.

Para estudiar los cantos nupciales, los biólogos van al campo en temporada reproductiva y graban los sonidos con equipos especiales, que luego son procesados mediante programas informáticos que permiten analizar distintos parámetros acústicos y temporales. “Aunque algunas veces esas variaciones son muy sutiles, en este caso fue bastante sencillo determinar que se trataba una nueva especie porque las diferencias son claramente distinguibles, incluso para el oído humano”, explica Baldo, primer autor del trabajo, del que también participaron investigadores del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN, CONICET).

“El modo de reproducción de estas ranas hace que sean muy difíciles de detectar porque su pico de reproducción dura muy pocos días. Son muy explosivas y su representatividad en colecciones científicas es muy baja. De hecho, la primera vez que la encontramos fue muy cerca de donde vivimos, en la ciudad de Posadas, después de siete años trabajando en la misma zona sin haberla visto antes” agrega. Además de la diferencia en el canto, la nueva especie también presenta diferencias en su morfología externa e interna, con notables variaciones de sus esqueletos.

Al momento de nombrar a la nueva especie, los investigadores decidieron homenajear a  Fontanarrosa, por su importancia en la cultura argentina. “Su obra está centrada en la ruralidad y siempre tiene muy presente elementos de la naturaleza, haciendo incluso referencia al canto de los anfibios”, señala Baldo.

Nuevas preguntas

Al realizar la revisión, los investigadores descubrieron que parte del material que se consideraba como Scinax uruguayus y que había sido reportado en los estados brasileros de Paraná y Santa Catarina, pertenecía en realidad a Scinax pinima, que se creía endémica de una localidad de Minas Gerais. “Esto significa que su distribución es mucho más amplia, mejora sustancialmente su estatus de conservación y abre nuevos interrogantes. No sabemos si ese hueco de casi mil kilómetros en los que no hay registros se debe a una distribución disyunta, a un vacío de información por falta de colecta o si las poblaciones intermedias de esta especie desaparecieron debido al deterioro del ambiente en esa zona, que es la que pertenece al estado de San Pablo, que es uno de los más urbanizados e industrializados del país”, indica Baldo.

Tras la descripción de esta nueva especie, los biólogos están desarrollando estudios para evaluar la diversidad genética de este grupo. “Hay un abanico de preguntas que surgen con esta revisión y tienen que ver con ciertas conexiones entre la ecorregión del Cerrado de Brasil y el noroeste de Corrientes que fueron reportadas en estudios biogregráficos recientes y que podrían extenderse a otros linajes y plantas”, concluye el investigador.

Maní resistente al carbón

Maní resistente al carbón

Combinando especies silvestres y razas antiguas, crearon híbridos inmunes a la enfermedad que provoca pérdidas de hasta el 40 por ciento en Argentina.

Con más de 800 mil toneladas vendidas al exterior cada año, Argentina es uno de los principales países exportadores de maní en el mundo. Sin embargo, el rendimiento de la producción local comenzó a verse afectado desde mediados de la década del ‘90 por el carbón, una enfermedad causada por el hongo Thecaphora frezii, que destruye las semillas de los frutos. 

Para dar solución a este problema que provoca pérdidas de hasta el 40% en las plantaciones, investigadores del CONICET están participando en proyectos que buscan desarrollar maní resistente al carbón. Para lograrlo, identificaron fuentes de resistencia tanto en especies silvestres de Arachis como en razas antiguas y generaron híbridos compatibles con las variedades que son cultivadas extensivamente para la industria. 

Los resultados de estos estudios, que fueron realizados en conjunto con el Criadero El Carmen, la Universidad Nacional de Río Cuarto, la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Nacional del Nordeste y el National Peanut Research Laboratory (NPRL) de Estados Unidos; fueron publicados recientemente en artículos en las revistas CropScience y PlosOne. Los investigadores estiman que, con el desarrollo de estos materiales, en pocos años se podrán liberar diversas variedades comerciales de maní resistente al carbón, que permitirán recuperar el rendimiento promedio del cultivo en el país. 

“El carbón es una enfermedad endémica de Argentina que está generando pérdidas de hasta el 40 por ciento en la producción. Por eso es importante que trabajemos en encontrar una solución a este problema. Es muy difícil que grupos de científicos de otros países se interesen en atenderlo porque no lo tienen”, destaca uno de los autores de los trabajos, el investigador principal del CONICET en el Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE, CONICET – UNNE)Guillermo Seijo. 

“Nuestro aporte consistió en sistematizar el conocimiento que existe respecto a las pruebas preliminares de razas de maní resistentes al carbón, que fueron obtenidas por el criadero El Carmen a través de distintas metodologías de mejoramiento. Particularmente, lo que hicimos fue identificar, mediante herramientas genéticas, de qué fuentes viene la resistencia y cuáles son los recursos que están disponibles en las razas antiguas y en especies silvestres para obtenerla”, explica el becario doctoral del CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET – UNC), Francisco de Blas. 

Uno de los trabajos consistió en la obtención de un trihíbrido a partir de las especies silvestres Arachis correntina, Arachis cardenasii y Arachis batizocoi, al cual se le duplicaron los cromosomas para que sea compatible con la variedad comercial Arachis hypogaea. En el otro, en tanto, se transfirió al resistencia a partir de razas antiguas de maní de Sudamérica. En ambos casos se desarrollaron poblaciones para estudiar la estructura genética del carácter y posibilitar el desarrollo de marcadores genéticos asociados a la resistencia.

El trabajo apunta a ampliar la variabilidad existente en las variedades comerciales mediante el desarrollo de materiales de pre – mejoramiento, que son los que todavía presentan caracteres de las especies silvestres o de razas antiguas y no tienen valor para la industria. Estos materiales ya han sido incorporados a los programas de mejoramiento que tienen por objetivo el desarrollo de variedades comerciales resistentes al carbón a corto plazo.

“Hemos podido transferir la resistencia de estos materiales, que se comportan como resistentes, a poblaciones segregantes para realizar estudios genéticos y genómicos del carácter”, señala de Blas. Ahora, los investigadores están buscando determinar cuáles son las porciones del genoma que están asociadas a la resistencia. Según estiman, en un futuro cercano se podrán identificar las regiones genómicas asociadas a la resistencia y desarrollar marcadores de ADN que permitan acelerar los programas de obtención de variedades comerciales resistentes.

Si bien el camino a la obtención de un maní comercial que sea resistente al carbón está bastante avanzado, el objetivo principal de los investigadores del CONICET es determinar la estructura genética de la resistencia y contar con las herramientas para acelerar el proceso de generación de nuevas variedades con mejores características. “Para poder lograr esto es fundamental la colaboración entre las instituciones científicas y el sector productivo. En este proyecto, fue clave la vinculación con Criadero El Carmen y confiamos en poder seguir obteniendo buenos resultados de esta interacción”, finaliza de Blas. 

Este artículo fue publicado en CONICET