Nuevas alternativas para tratar el Chagas

Nuevas alternativas para tratar el Chagas

En un laboratorio del Chaco, científicos usan micro y nanotecnología para optimizar la eficacia del benznidazol —la principal droga para tratar la enfermedad transmitida por las vinchucas— y diseñar preparaciones farmacéuticas aptas para ser administradas en niños.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) califica como desatendidas u olvidadas a un grupo de enfermedades “que reciben poca atención y se ven postergadas en las prioridades de la salud pública porque los afectados carecen de influencia política”. Entre ellas se encuentra la tripanosomiasis americana o Chagas, una afección causada por el parásito Trypanosoma cruzi que afecta a más de 6 millones de personas y para la cual no existen vacunas.

América Latina es la región con la mayor cantidad de casos y se estima que sólo en Argentina hay más de un millón y medio de habitantes que viven con esta enfermedad, que se transmite principalmente por la picadura de vinchucas. Para aportar a su abordaje y mejorar los pocos tratamientos disponibles, un grupo de investigadores del CONICET en la Universidad Nacional del Chaco Austral (UNCAUS) y en el Instituto de Química Rosario (IQUIR, CONICET – UNR), está desarrollando métodos para mejorar las características del benznidazol, el principal fármaco indicado en el tratamiento de los pacientes.

El proceso, que podría ser fácilmente escalado a nivel industrial a bajo costo, consiste en encapsular el principio activo en nano y micropartículas poliméricas, a fin de que pueda ser absorbido de manera más eficaz en el organismo. En un reciente trabajo que fue publicado en la revista Colloids and Surfaces B: Biointerfaces, los investigadores reportaron un aumento significativo de la eficiencia de disolución mediante la utilización de estas técnicas en ensayos in vitro.

Junto con el nifurtimox, el benznidazol es uno de los únicos fármacos disponibles para tratar la enfermedad de Chagas, pero presenta varias limitaciones. Una de ellas es su baja solubilidad en agua, lo que dificulta su absorción a nivel gastrointestinal. Además, está disponible únicamente en comprimidos, una presentación que no es adecuada para la administración en pacientes pediátricos, que representan un alto porcentaje de los índices debido a que la enfermedad puede ser transmitida por vía congénita.

“Apuntamos a desarrollar una formulación farmacéutica en polvo, que contenga benznidazol para suspensión extemporánea de administración oral. Esto sería una gran herramienta para el tratamiento de neonatos y niños pequeños, que tienen dificultad en la deglución”, explica la investigadora asistente del CONICET en la UNCAUS, Katia Seremeta. Para medicar a un niño con Chagas, el procedimiento que generalmente se sigue en los centros de salud consiste en fraccionar o triturar los comprimidos y dispersar las partes en agua, pero esta metodología -explica la doctora en Farmacia y Bioquímica-, puede llevar a errores de dosificación.

Para reemplazar esta práctica, los investigadores están encapsulando el principio activo en nanopartículas, aplicando la técnica de nanoprecipitación o método de desplazamiento del solvente. “Generamos gotas muy pequeñas de solvente orgánico que contienen tanto al polímero como al fármaco, y que luego se someten a procesos de evaporación, congelación y liofilización, permitiendo la obtención de un polvo seco”, explica.

Para las micropartículas, en tanto, utilizan el método de secado por pulverización o spray-drying. “Esta técnica consiste en atomizar una suspensión acuosa o hidroalcohólica del fármaco y el polímero en una cámara donde circula una corriente de aire caliente que permite el secado de las gotas y la posterior recolección de las partículas”, detalla la investigadora y destaca que una de las principales ventajas de este método es que “consiste en una sola etapa, es fácilmente escalable y de bajo costo”.

Durante las pruebas in vitro que realizaron y que están descriptas en el trabajo publicado recientemente, se comprobó que aumentó significativamente la eficiencia de disolución del fármaco encapsulado tanto en las nanopartículas obtenidas por nanoprecipitación como en las micropartículas obtenidas por spray-drying. Actualmente, se están realizando ensayos en animales de laboratorio, a través de colaboraciones con otros grupos de investigación, para determinar la biodisponibilidad y la actividad tripanocida.

Una revolución farmacéutica

La micro y la nanotecnología revolucionaron la industria farmacéutica y actualmente ya se comercializan diversos productos desarrollados mediante estas herramientas. Durante sus estudios de doctorado en el Instituto de Nanobiotecnología (NANOBIOTEC, CONICET – UBA), Katia Seremeta trabajó en la micro y nanoencapsulación de antirretrovirales para el tratamiento del VIH y, con esa experiencia, decidió volver a su provincia natal para hacer su aporte a una problemática local.

“Nuestro objetivo como investigadores es generar conocimiento para optimizar la farmacoterapia de una enfermedad que afecta tanto al Chaco como a otras provincias del país. Buscamos que nuestro trabajo pueda generar un impacto positivo en la salud pública”, finaliza.

Publicado en CONICET

Parásitos: proponen nuevo enfoque para tratar infecciones infantiles

Parásitos: proponen nuevo enfoque para tratar infecciones infantiles

Anemia, pérdida de peso y déficit de atención son sólo algunas de las consecuencias de la parasitosis intestinal, una infección subdiagnosticada que, a largo plazo, causa un deterioro general en el estado de salud infantil. Un estudio de investigadores de CONICET realizado en Puerto Iguazú -una ciudad de la provincia de Misiones ubicada en la zona de la Triple Frontera con Brasil y Paraguay-, determinó que más del 50% de los chicos menores de 15 años tiene parásitos, e identificó vínculos entre estos diagnósticos y la falta de acceso a agua segura, el hacinamiento y la falta de higiene.

Además de los exámenes clínicos que fueron realizados a más de 450 niños, el relevamiento incluyó cuestionarios acerca de factores ambientales y sociales, y también se analizaron muestras de heces de perros y del suelo. El estudio representa el mayor relevamiento de este tipo desarrollado en la región, una de las que presenta mayores índices de pobreza y desigualdad de Argentina, y fue publicado recientemente en la revista PLOS Neglected Tropical Diseases.

Los resultados de este trabajo, destacan sus autores, revelan la importancia de considerar simultáneamente múltiples niveles de determinantes para entender la prevalencia y la propagación de los parásitos intestinales en poblaciones vulnerables de Argentina. “Analizar la contaminación ambiental con estructuras parasitarias permitió evidenciar perfiles compartidos entre los niños y su entorno cotidiano. Es una forma indirecta de conocer qué grupos desafían la salud infantil en diferentes regiones”, señala Romina Rivero, investigadora asistente del CONICET en el Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMET) del Ministerio de Salud de la Nación.

Los altos índices de infestación detectados pueden ser explicados a través del análisis combinado de cuestiones referidas al niño y a su familia, así como también a las relacionadas a deficiencias estructurales y de servicios básicos en las que residen. Según reveló la encuesta, más del 40% de los participantes del estudio no contaba con acceso a agua segura ni con redes cloacales adecuadas. Además, más del 20% convivía con animales de granja y el 80% tenía perros como mascotas.

“Si bien los casos de parasitosis solían estar más ligados a zonas rurales, estos resultados muestran la alta incidencia de la enfermedad en entornos urbanos. Esto puede atribuirse a que en las últimas décadas, el movimiento de las poblaciones supera la capacidad de organización de las ciudades, no da tiempo a que el proceso sea acompañado por las mejoras de infraestructura básica. Esto genera ambientes cada vez más precarios”, detalla Rivero, quien durante una reciente estancia en la Universidad de Florida se formó en el abordaje de enfermedades desde una perspectiva ambiental, junto al equipo del investigador Song Liang. El enfoque “Una Salud”, bajo el cual fue diseñado el estudio realizado en Iguazú, impulsa una visión que contempla la interrelación entre la salud y el bienestar humano, animal y ambiental.

Los datos obtenidos a través de los diagnósticos de contaminación ambiental y de infección infantil permitieron crear mapas de riesgo en la ciudad de Puerto Iguazú –considerada un área clave por su emplazamiento y dinámica social-, identificando las que requieren acciones a corto, mediano y largo plazo. Esta etapa del trabajo fue realizada mediante el uso de sistemas de información geográfica, en colaboración con el investigador asistente del CONICET en el Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM), Carlos De Angelo.

Realizar relevamientos integrales de este tipo, señalan los investigadores en las conclusiones del estudio, es clave para entender y manejar las parasitosis intestinales. Este enfoque, que incluye el trabajo interdisciplinario de diversos grupos de la región, puede ser replicado para otras enfermedades tropicales desatendidas.

Publicado en todociencia.com.ar

Vacunas: cuando cuestionarlas sin evidencia genera riesgos

Vacunas: cuando cuestionarlas sin evidencia genera riesgos

Argentina tuvo su primera gran polémica generada por un grupo antivacunas. Ocurrió la semana pasada, cuando la diputada Paula Urroz, de Unión Pro, presentó ante el Congreso de la Nación un proyecto que impulsaba la creación de un sistema de consentimiento informado para la vacunación, en clara contradicción con la obligatoriedad establecida por ley desde 1983. 

La iniciativa fue rápidamente rechazada por la comunidad médica y académica, e incluso por el propio bloque oficialista que – en un comunicado – sostuvo que el proyecto respondía a una “iniciativa individual”. Sin embargo, el hecho visibilizó un fenómeno que ocurre en varios países del mundo: la influencia que ejercen sectores que, con escasos fundamentos científicos, cuestionan la efectividad de las vacunas como herramientas para el control de enfermedades. Un bien social 
En la apertura del debate, la infectóloga integrante de la comisión directiva de la SADI ex directora del Programa de Inmunizaciones de Ministerio de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, explicó por qué las vacunas son obligatorias en Argentina y en otros países de Latinoamérica. “Son consideradas un bien social, que está por encima de lo individual. La persona que recibe una vacuna se beneficia en forma directa y de manera indirecta, a toda su comunidad. Si logramos los niveles de cobertura que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son del 95% de la población objetivo, ante un evento determinado de una enfermedad toda la población va a estar protegida, porque no van a haber individuos susceptibles y la cadena de transmisión se va a cortar. Ese es un plus que tiene las vacunas: la solidaridad”, dijo. 

La ex funcionaria de la cartera sanitaria también destacó el hecho de que cada una de las vacunas que son incluidas en el calendario nacional son sometidas a un proceso complejo de evaluación, basado en evidencias, que está a cargo de especialistas que hacen monitoreos específicos. “También hay una comisión de seguridad, que analiza todos los efectos adversos y los clasifican. Es decir, que para tomar cada una de esas decisiones se ponen en la balanza muchos ejes”, aseguró. 

Respecto a la proliferación de grupos que cuestionan la seguridad de esta política de salud pública, la especialista consideró que Argentina está en un momento clave para revertir el posible impacto que pueden tener. “Hay países en los que ese perdió la confianza a las vacunas por movimientos basados en escasos contenidos científicos. Tenemos que trabajar todos juntos para que eso no pase acá y eso se logrará instalando el mensaje de que el riesgo de morir o tener graves consecuencias por contraer la enfermedad es muchísimo más alto que el de experimentar un efecto adverso asociado”, resaltó Vizotti. 

Respuestas oportunas
Otro de los participantes de la mesa de debate fue el investigador y pediatra infectólogo chileno Miguel O’Ryan, quien repasó las dificultades que se atravesaron en su país cuando en 2014, el Congreso aprobó una ley que establecía la prohibición del uso de vacunas que contengan timerosal. Este componente, que es un conservante que se usa en formulaciones multidosis, fue asociado con casos de autismo en estudios que fueron refutados por otras investigaciones. 

“Desde las sociedades científicas impulsamos múltiples reuniones con los grupos antivacunas para poder llegar a un acuerdo. Finalmente, se logró el veto presidencial en base a un nuevo informe que comprueba que no hay evidencia científica que demuestre la relación entre el Timerosal y el autismo”, repasó durante su ponencia. 

Para O’Ryan, la principal lección que dejó el caso chileno para el resto de Latinoamérica tiene que ver con la importancia de que la respuesta por parte de la comunidad académica y médica sea oportuna. La pasividad de estos sectores, consideró, fue lo que permitió el avance de los proyectos legislativos con escasos fundamentos. 

“Los médicos con posturas antivacunas deben ser identificados y confrontados por sus pares. No pueden rechazar una herramienta basada en la ciencia. Son profesionales que tienen un título que está sustentado en principios científicos. No se debe aceptar que sostengan que su pensamiento es más válido que la evidencia que sustenta su titulación”, opinó. 

Comunicación efectiva
La directora emérita de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), Mirta Roses, también integró el panel y advirtió sobre las precauciones que hay que tener para trabajar con los grupos que cuestionan la vacunación. “Hay que escuchar y entender las posiciones en contra y encontrar vías de diálogo, basadas en buenos argumentos científicos”, recomendó y destacó la importancia de mantener la transparencia de los registros públicos, con canales efectivos para que los médicos y enfermeros denuncien reacciones adversas. 

“Debemos hacer hincapié en que las vacunas cubren un espectro muy amplio de enfermedades y hablar sobre ellas como un acto de amor, que supera a nuestro egoísmo y apela a nuestro altruismo”, propuso Roses.

Por su parte, la doctora en Biología Molecular y docente de la UBA, Guadalupe Nogués, se centró en la importancia de desarrollar estrategias de comunicación efectiva desde el estado y a través de la comunidad médica, que estén especialmente orientadas hacia los grupos que tienen cuestionamientos. “Las personas que se oponen a las vacunas no son todas iguales. Tienen distintas preocupaciones y deben existir diferentes formas de comunicarnos con ellas, pero hay algo que tienen en común, que es la resistencia a la evidencia científica”, consideró. 

En su presentación, aseguró que “los grupos antivacunas son un claro ejemplo de la posverdad: son personas que tienen la información, pero eligen hacerla a un lado”. “Las evidencias no importan tanto y eso genera un gran desafío para lograr una comunicación efectiva. Hay pocos antecedentes sobre el tema, principalmente en países anglosajones, pero es un buen momento para que en Argentina se empiece a trabajar con ese objetivo”, opinó la bióloga.

Publicada en El Litoral

Dengue, zika y fiebre amarilla: cómo entender y atender enfermedades vectoriales

Dengue, zika y fiebre amarilla: cómo entender y atender enfermedades vectoriales

Las enfermedades transmitidas por mosquitos son uno de los principales desafíos para la salud pública a nivel global. Cada año, el impacto de los casos de dengue, zika y fiebre amarilla genera nuevos escenarios, tanto en países con altos índices de pobreza como en sociedades con mayor desarrollo económico. 
En el marco del XVII Congreso de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) que se realizó del 15 al 17 de junio en la ciudad de Mar del Plata, se analizaron las tres principales enfermedades vectoriales que afectan a Argentina y a otros países de América. Los especialistas expusieron los resultados de sus últimas investigaciones y las perspectivas acerca de la dinámica que tendrán los brotes, así como también repasaron las acciones que se requerirán por parte de los estados para contenerlos. 
El control de los vectores, la mejora en los sistemas de diagnóstico y la vacunación –en los casos posibles- son las claves para atender la compleja problemática que representan los virus transmitidos por mosquitos. En distintas ponencias presentadas, los infectólogos coincidieron en la necesidad de más acciones concretas, en las que deberán estar involucrados tanto los gobierno como la sociedad civil. 

Dengue  
En los últimos 20 años, los brotes de dengue se sucedieron en Argentina con distinta intensidad. “Es muy difícil entender la dinámica epidemiológica de la enfermedad. Aunque este año parece haber una caída en la transmisión, se debe tener cuidado”, señaló el médico del servicio de Patología Regional y Medicina Tropical del Hospital de Infecciosas “Francisco Muñiz” de Buenos Aires, Tomás Orduna. 
Tradicionalmente asociado con el Aedes Aegypti, la confirmación de que el virus del dengue también es transmitido a través de otro vector amplió el escenario de riesgo a nivel global. En los países de mayor desarrollo económico, mencionó el infectólogo durante su ponencia en el primer día del congreso, preocupa el Aedes Albopictus, una especie conocida popularmente como el “mosquito tigre”, que es originario de Asia y también está extendido en África. 
“Los reportes que tenemos acerca del dengue son muy sensibles. Se estima que hay 400 millones de infectados por año, de los cuales sólo uno de cuatro tiene manifestaciones clínicas. Existe una enorme cantidad de personas que han contraído el virus y no lo saben”, resaltó Orduna.
Hasta que finalicen los procesos de evaluación de las vacunas aprobadas para prevenir la enfermedad, la disminución de los índices de infestación domiciliaria y peridomiciliaria son la clave para el control del dengue en Argentina, resaltó el especialista. “El abordaje tiene que ser antropológico y cultural. Lo que tenemos que cambiar son actitudes. Es una situación muy compleja, donde incluso se están llegando a analizar estrategias punitivas, es decir, la aplicación de sanciones a quienes no cumplan con las medidas de prevención y ordenamiento ambiental”, opinó. 

Zika
Desde la aparición de la rubeola, hace más de 40 años, el sistema sanitario mundial no se enfrentaba a un desafío tan grande como el que representa el zika, un virus que causa malformaciones en niños y sobre el cual todavía se desconocen diversos aspectos. Así lo aseguró profesor de la Escuela de Salud Pública e investigador de la Universidad de Yale, Albert Ko, en el simposio que lo tuvo como disertante en el congreso SADI 2017.
Mientras avanzan los distintos proyectos para la vacuna que podría prevenir la infección del virus – hay 35 programas dedicados al tema y se estima que para 2020 se podría lograr la aprobación para el uso-, la falta de métodos efectivos de diagnóstico preocupa a los especialistas. “Estamos ante un dilema para la salud pública, porque las vacunas tardarán unos años hasta llegar a la población. Mientras tanto, necesitamos mejorar los diagnósticos y desarrollar un test que permita revisar a la población y llevar tranquilidad a las mujeres embarazadas y a sus familias”, dijo Ko. 
Una de las hipótesis que maneja el grupo de investigadores que trabaja en Brasil tiene que ver con que la exposición previa a los virus del dengue y la fiebre amarilla disminuye el riesgo de contraer zika. “Por la información que tenemos de estudios preliminares que hicimos en Salvador de Bahía, las infecciones anteriores podrían proteger contra esta enfermedad. Eso explicaría por qué hay muchos centros urbanos que aún no experimentaron brotes en Argentina, como los de Misiones, Chaco o Formosa”, estimó. 

Fiebre amarilla
A diferencia de otras enfermedades transmitidas por mosquitos, la fiebre amarilla cuenta con una gran herramienta de prevención: la vacuna. Aunque está incluida en el calendario de inmunizaciones de Argentina, los criterios de aplicación están siendo permanentemente revisados por motivos, entre los que se cuenta la escasez global de la vacuna debido a su prolongado tiempo de producción. 
“Desde 2007 la estrategia de vacunación es regionalizada y está centrada en Misiones y ciertos departamentos de la provincia de Corrientes, como Ituzaingó, Paso de los Libres y Santo Tomé, ya que son los que por las características de su ecosistema pueden estar expuestos a la transmisión. Se aplica una dosis a los 18 meses, junto con otras vacunas indicadas para esa edad”, recordó el referente de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de la Nación, Cristián Biscayart. 
Tanto en Corrientes como en Misiones, la cobertura de vacunación de la población objetivo es baja. “En algunos departamentos, no llega al 50% y es una situación que preocupa. Necesitamos mejorar los índices para que la circulación del virus no cause muertes en humanos”, consideró el infectólogo, que adelantó que están previstos nuevos trabajos en la región para reforzar estrategias de inmunización, así como también para avanzar en estudios que verifiquen la efectividad de la aplicación de la vacuna contra la fiebre amarilla en simultáneo con otras dosis.

Publicado en El Litoral

Enfermedad renal, mal en aumento que afecta a pacientes de todas las edades

Enfermedad renal, mal en aumento que afecta a pacientes de todas las edades

Cada año, más personas son diagnosticadas con enfermedad renal en Corrientes. Si bien la mayoría de los casos corresponden a pacientes adultos -principalmente diabéticos e hipertensos-, señalan que también hay personas jóvenes que sufren este mal. 

Hoy se conmemora el Día Mundial del Riñón, una fecha destinada a difundir la importancia del cuidado de este órgano, generando conciencia acerca de los hábitos necesarios para prevenir diferentes trastornos. El Litoral visitó el Servicio de Nefrología del Instituto de Cardiología de Corrientes, que es el principal centro de tratamiento y trasplante a nivel provincial y regional, desde donde brindaron información acerca de la situación de la enfermedad a nivel local.  De acuerdo a datos del Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), en Corrientes hay 556 pacientes que están recibiendo tratamientos de diálisis, de los cuales 115 están inscriptos en lista de espera para recibir un trasplante de riñón. Esta nómina incluye personas de distintas edades, ya que la enfermedad renal puede diagnosticarse en cualquier etapa de la vida. “Las causas por las que se presenta son diferentes y varían de acuerdo a la edad. En los adultos y adultos mayores, está directamente vinculada a la hipertensión y a la diabetes, mientras que en los jóvenes aparece por causas congénitas o por infecciones urinarias, entre otras cuestiones”, explicó la jefa del Servicio de Nefrología, Silvia Maurich. La especialista señaló que cada año se incrementa la cantidad de diagnósticos a nivel local y lo atribuyó “al aumento de la expectativa de vida y a la alta prevalencia de las enfermedades asociadas en la población”. La cantidad de casos graves e irreversibles de las patologías renal que se detectan, según la especialista, tienen que ver con la falta de prevención y control. “Es un mal que no presenta síntomas visibles. Las señales de daño en la función renal aparecen tarde, cuando el paciente ya necesita diálisis. Por eso es importante que tanto los médicos como los pacientes tomen conciencia de la importancia del chequeo nefrológico, que consiste en análisis de sangre y orina para medir niveles de urea y creatinina, entre otros”, detalló. Si bien estos estudios están recomendados especialmente para las personas con diagnóstico de hipertensión y diabetes, para permitir la detección temprana de la enfermedad, destacan la importancia de que se efectúen en pacientes adultos con regularidad. A esta medida preventiva, deben sumarse hábitos de vida saludable -recomendados para todas las edades-, como el consumo diario de al menos dos litros de agua, la disminución del uso de sal y el desarrollo de actividad física. Además de la atención en consultorios externos donde se practican chequeos y tratamientos a los pacientes con enfermedad renal, en el Instituto de Cardiología también se brinda el Servicio de Hemodiálisis y se coordina el ingreso a la lista de espera para trasplantes renales de toda la provincia. 

Publicado en El Litoral

Chagas, una enfermedad olvidada con nuevo impulso para la investigación

Chagas, una enfermedad olvidada con nuevo impulso para la investigación

La Organización Mundial de la Salud califica como desatendidas u olvidadas a un grupo de enfermedades tropicales “que reciben poca atención y se ven postergadas en las prioridades de la salud pública porque los afectados carecen de influencia política”. Entre ellas se cuenta el Chagas, el mal transmitido por la vinchuca, que no tiene cura ni medicamentos específicos para su tratamiento. 

El Litoral participó la semana pasada de un tour industrial organizado por la compañía Sanofi, un laboratorio de origen francés con sede en Argentina, que produce medicamentos y vacunas. En ese marco, los representantes de la firma destacaron el trabajo que se está desarrollando en el país para impulsar las investigaciones sobre Chagas, a través de acuerdos con el estado y con estímulos a científicos locales.  De acuerdo a los datos del Ministerio de Salud de la Provincia, el Chagas sigue circulando en al menos 3 departamentos de Corrientes: Empedrado, General Paz y San Luis del Palmar. Aunque los últimos informes del Ministerio de Salud revelan una importante disminución de la presencia vectorial -del 25 al 1%-, la provincia aún no logró la interrupción de la transmisión. “Chagas es actualmente uno de los principales focos de trabajo del programa de responsabilidad social de Sanofi, mediante el cual se establecieron acuerdos con el estado para facilitar el acceso a los medicamentos”, destacó el director médico de la compañía farmacéutica Sanofi, Cristian von Schulz- Hausmann. En diálogo con El Litoral, el especialista recordó que debido a la falta de investigación acerca de Chagas durante los últimos 50 años, la enfermedad no tiene cura ni medicación específica, por lo que los pacientes reciben fármacos para atender las consecuencias de la infección, como las complicaciones cardíacas. Otro de los ejes de acción de la compañía, en conjunto con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), es el impulso a la investigación. Este año, un grupo de investigadores de Rosario recibió el premio Sanofi-Conicet “Incentivo a la Innovación en Enfermedades Huérfanas”. El equipo integrado por Christian Magni, Ana Rosa Pérez e Iván Marcipar, está trabajando en el desarrollo de una vacuna oral contra la enfermedad de Chagas  y accedió a 800 mil pesos para continuar con el estudio. “Esto es sólo un impulso. Lo ideal es que otros gobiernos, otros laboratorios también sigan estas líneas de investigación porque son necesarios muchos intentos para poder llegar a uno acertado y contar finalmente con una vacuna que pueda evitar el Chagas”, finalizó Von Schulz. 

Publicado en El Litoral